Pero en realidad todos conocemos que la asistencia es obligatoria, que la educación es un derecho del que no se le puede privar... En estos casos, la postura a adoptar es la de la firmeza y, al mismo tiempo, el cariño. Ha de ir a clase, pero sabiendo que puede contar con sus mayores para solucionar los problemas que pudiera tener; en este sentido, lo mas importante es saber qué se esconde tras ese rechazo, cómo podemos ayudarle y con quién debemos hablar (pediatra, maestro/a, orientador/a...). Normalmente siempre suele haber algún que otro motivo, más o menos oculto: cansancio, miedo, aburrimiento, pereza, depresión, acoso, inseguridad, soledad, etc.
Pues bien, los chicos y chicas que a continuación presentamos viven precisamente todo lo contrario: su gran ilusión es asistir a la escuela, como sea y donde sea. Su pasión por aprender cada día más es tan fuerte que les permite desafiar numerosos peligros. No hay nada más que verlo, pulsando en la imagen inferior y contemplando los vídeos insertados (NOTA: debido a su indudable interés, publicamos este artículo dividido en dos partes. Pulsa aquí para ver la segunda).
No hay comentarios:
Publicar un comentario