Como si de espías se tratase... Aunque los mensajes finales fuesen de cariño y amistad. Pero no por eso los niños y niñas de 2º de Primaria dejaron de jugar al misterio en clase de ciencias naturales (mejor dicho, en el laboratorio) este viernes pasado. Se trataba de escribir mensajes de modo que solo quienes conocían la clave (o tenían los instrumentos adecuados) podían leerlos.
Para el experimento, con la maestra Nieves al frente, bastaba con un poco de limón, útiles para escribir, una fuente de calor y ciertas dosis de inspiración. El objetivo, la familiarización con los cambios químicos y los procesos de oxidación de algunos elementos. Algo mágico, que los dejó totalmente encantados.
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