¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento, ávidos de averiguar a qué sabía nuestro satélite. ¿Sería dulce o salado? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos. Pero, por más que lo intentaban, no eran capaces de tocarla. Hasta que llegó la tortuga con una genial idea. ¿Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna?, le dijo al elefante.
Un libro redondo y sabroso como la luna llena en el que los animales de la selva nos mostrarán que las cosas compartidas siempre saben mucho mejor. Se trata de una historia, sobre todo, de trabajo en equipo, de esforzarse juntos para conseguir algo que en principio parece inalcanzable. En sus páginas podemos encontrar muchos valores para hablar a nuestros hijos/as: el de apoyarse unos a otros, de ser solidarios, de compartir una meta común, de la importancia de la generosidad y de la amistad, de valorar la aportación que todo hacen al grupo sin importar si se es grande o pequeño...
Os ofrecemos a continuación algunas imágenes de la actividad, por la cual damos las gracias a quienes nos la regalaron de una forma tan estupenda y trabajada.
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