Allí, además de hacer un recorrido por sus instalaciones para contemplar los diferentes animales, tuvieron la oportunidad de participar en un taller para preparar la comida a algunos de sus ocupantes; en concreto, a esos monitos tan especiales llamados lemures, a quienes cada cual confeccionó una suculenta brocheta. También recibieron explicaciones sobre la alimentación de los animales del zoológico, incidiendo sobre todo en evitar que sus visitantes adopten esa iniciativa por su cuenta; por cierto, para que comprobaran los daños que se provoca con tal comportamiento, se les mostró una pieza de muela deteriorada perteneciente a un elefante, la cual causó una sorpresa bastante efectiva.
Las fotografías que os mostramos ilustran algunos de los momentos de esa visita.
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