CAMINO A LA ESCUELA (I)

Casi seguro que todas las familias han escuchado alguna vez, de boca de su hijo/a, esta misma queja: ¡No quiero ir al colegio! Aunque la mayoría de los niños y niñas se adaptan a la vida escolar, en algunos hogares es una negativa que se repite incluso con cierta frecuencia, llegando incluso a angustiar a sus padres y madres. Si se deja en casa, solo se consigue retrasar o aplazar la situación, que se va haciendo cada vez más incontrolable.

Pero en realidad todos conocemos que la asistencia es obligatoria, que la educación es un derecho del que no se le puede privar... En estos casos, la postura a adoptar es la de la firmeza y, al mismo tiempo, el cariño. Ha de ir a clase, pero sabiendo que puede contar con sus mayores para solucionar los problemas que pudiera tener; en este sentido, lo mas importante es saber qué se esconde tras ese rechazo, cómo podemos ayudarle y con quién debemos hablar (pediatra, maestro/a, orientador/a...). Normalmente siempre suele haber algún que otro motivo, más o menos oculto: cansancio, miedo, aburrimiento, pereza, depresión, acoso, inseguridad, soledad, etc.

Pues bien, los chicos y chicas que a continuación presentamos viven precisamente todo lo contrario: su gran ilusión es asistir a la escuela, como sea y donde sea. Su pasión por aprender cada día más es tan fuerte que les permite desafiar numerosos peligros. No hay nada más que verlo, pulsando en la imagen inferior y contemplando los vídeos insertados (NOTA: debido a su indudable interés, publicamos este artículo dividido en dos partes. Pulsa aquí para ver la segunda).






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