Esta es la historia que llegó ayer a la clase de 4 años B de la mano de otra mamá del grupo. Un cuento tierno, optimista y que invita a profundizar en cómo nos sentimos en cada momento.
A Minimoni le gusta montar en bicicleta, las golondrinas, los pastelillos, los cuentos que le cuenta su madre... Pero el que más le gusta es pintar. Pinta cosas de mil colores: mariquitas rojas, cielos azules, plátanos amarillos... pero no ha pintado nunca un beso. ¿De qué color será?
¿Rojo como una deliciosa salsa de tomate? No, porque también es el color de cuando estás enfadado... ¿Será verde como los cocodrilos, que siempre le han parecido tan simpáticos? Imposible, porque es el color de las verduras y ¡no le gusta comérselas! ¿Cómo podría averiguar de qué color es un beso?
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