Por eso, desde los centros educativos, día a día, se pretende contribuir a crear las condiciones necesarias para favorecer los aprendizajes para la vida afectiva y para revisar la forma en que asumimos la diversidad de modos de ser mujer y de ser hombre, como base imprescindible para construir nuevas relaciones basadas en la equidad, el respeto y la corresponsabilidad, alejando así los estereotipos de género.
Este año, en nuestro centro, se ha preferido abordar esta efeméride como un día más de trabajo, obviando celebraciones y sí abordando el tema en todas y cada una de las clases, reflexionando y realizando actividades relacionadas (dibujos en viñetas, tareas cotidianas en casa, relaciones familiares, juegos cooperativos...) y encuadradas en unos objetivos previamente definidos en nuestro Plan de Igualdad:
- Valorar y admirar el papel de las mujeres en la sociedad actual.
- Respetar la profesionalidad, sin prejuicios de quién la desempeñe.
- Valorar las tareas del hogar.
- Colaborar, sin distinción, en las labores domésticas.
- Reconocer y estimar el cariño y amor de nuestros padres y madres.
- Fomentar el respeto mutuo.
- Ser capaces de ponerse en el papel de los demás.
Esperemos que no caigan en saco roto. El futuro está en manos de nuestra juventud.
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